La flota de Indias

La flota de Indias es un juego de 2 a 12 jugadores que nos transporta a la América Colonial de finales del Siglo XVI. Las colonias españolas producían enormes riquezas, pero su transporte a Europa se hacía complicado debido a la creciente actividad de los piratas. Para contrarrestarlos se diseñó un sistema de flotas anuales, en el que los barcos que hacían la carrera de las Indias viajarían juntos dándose mutua protección y escolta. La flota pasaba por los principales puertos del Caribe, donde cargaba las mercancías de la región o de tierras lejanas, como Perú o Asia.

El juego consta de un tablero con el mapa del Caribe en la parte superior y tres marcadores (de carga de la flota, de piratas y de precios) en la inferior.

El juego se divide en 10 rondas de 8 turnos cada una. Al principio de cada turno la flota, representada por la ficha de un barco, avanza una casilla, comenzando por la de la ciudad de Sevilla. Las primeras 6 casillas después de la inicial corresponden a puertos del Caribe, donde nuevos barcos y mercancías se unirán a la flota. La séptima casilla es alta mar, donde se dilucidará el ataque de los piratas. Cada 8 turnos la flota regresa a Sevilla, donde, si se ha salvado del ataque pirata, venderá las mercancías que transporte.

Los jugadores, que representarán a poderosos señores con propiedades e intereses en el nuevo mundo, manejarán una serie de cartas para llevar a cabo su actividad comercial.

Cada jugador tendrá una serie de propiedades, dos al principio del juego, localizadas alrededor de alguno de los puertos del Caribe y producirán las mercancías para embarcar en la flota, requiriendo a veces ciertas materias primas, que se representan con cartas como las siguientes:

También contaremos con unas serie de barcos, uno de tamaño pequeño para empezar, con sus valores de carga y combate contra los piratas, representados por estas cartas:

Cada vez que la flota pase por un puerto donde tengamos propiedades, y si disponemos o podemos apañar comerciando con otros jugadores, de barcos o espacio en barcos suficiente, así como de los inputs necesarios en su caso, embarcaremos esas mercancías en la flota, recibiendo un certificado de producto por cada unidad embarcada:

Cada vez que la flota pase por la casilla de alta mar se producirá un ataque de los piratas, a los que los jugadores podrán unir los barcos que les queden si así lo desean, a riesgo de perderlos, dando lugar a estrategias de bloqueo.

Los jugadores cuentan además con cartas de personaje, pudiendo poseer sólo una a la vez y perdiéndolas una vez las hayan utilizado, que otorgan bonus a distintas acciones:

Cada vez que la flota llega a Sevilla, los jugadores intercambian sus certificados de mercancías embarcadas por el precio que ese bien tenga en la tabla. Sin embargo, si entra mucha/muy poca mercancía de un bien en concreto su precio bajará/subirá para futuras rondas. En Sevilla los jugadores podrán reinvertir el dinero ganado en  comprar nuevas propiedades y barcos y obtener nuevos personajes.

Al final de las 10 rondas, el jugador que tenga más puntos de victoria (que otorga la posesión de dinero, propiedades y barcos) será el ganador.

El juego comienza siendo cooperativo en cuanto al objetivo de hacer que la flota llegue a salvo a Sevilla, pero competitivo en relación a los productos y sus precios. La creación de monopolios sobre productos no asegura el éxito, pues los precios tienden a estancarse si se envía mucha mercancía a Europa. Los jugadores tienen la posibilidad de comerciar y/o colaborar con otros con su excedente de espacio de carga y materias primas. También pueden intentar sabotear los precios de aquellas mercancías en las que otros jugadores se han especializado. Por último, el jugador puede arriesgar sus barcos uniéndolos al ataque de los piratas, si éstos triunfan recibirá parte del botín y sobre todo fastidiará a los jugadores que embarcaron valiosas mercancías, lo que da lugar a interesantes estrategias de bloqueo contra aquellos jugadores que van ganando.

Presentación

Inicia su andadura el blog “La vida es juego” y que mejor que hacerlo con una breve presentación. El leit-motiv de esta nueva gota de agua en el océano blogosférico son los juegos de mesa. Procede asimismo una presentación del autor: yo mismo ;). Me llamo Alfonso Díaz, soy español, a mucha honra, y me gustan mucho (pero mucho) los juegos de mesa, tanto jugarlos como diseñarlos. Mis diseños, que intentaré presentar en este blog, suelen versar sobre temas históricos y/o económicos, si bien también hago incursiones en otro tipo de temáticas. Me interesa sobre todo diseñar juegos que, modestamente, permitan dar a conocer y analizar aspectos poco conocidos de la rica historia de mi país.
¿Porqué “la vida es juego”, parafraseando el clásico del teatro del Siglo de Oro?. Porque suena bien y porque realmente lo es. Crecemos y aprendemos jugando, y el juego, además de tener una función social para los jugadores que se juntan frente a un tablero, nos transporta a mundos nuevos, nos permite vivir experiencias alucinantes y ponernos en la piel de personajes históricos o imaginarios. Y si encima somos nosotros los que ponemos las reglas, mejor que mejor.
Muchas gracias por pasarte por aquí, querido/a lector/a, y si has leído toda la parrafada que acabo de escribir un millón de gracias más ;).